miércoles, 9 de junio de 2010

¡Marcelo Bielsa ya tiene al ‘conductor’ de la Roja!


Matías Fernández... Jorge Valdivia... incluso Pedro Morales llegó a pelear el puesto de ‘conductor’ de la Roja. Al final, el elegido fue nada menos que Cynide Xaba, un sudafricano de 47 años, nacido en Johannesburgo y quien tendrá la misión de manejar el flamante bus oficial que la FIFA destinó a la delegación de la Roja.

Un plasma, frigobar, aire acondicionado y hasta el ‘aroma’ a vehículo recién salido de la factoría coreana Kia caraterizan el lugar de trabajo de Cynide.

El vehículo había permanecido estacionado hasta hoy junto al resort de Ingwenyama luciendo sus colores llamativos y en su carrocería el slogan que la FIFA eligió para el bus chileno: “Red is the blood of my heart, Chile campeón” (“Roja es la sangre de mi corazón, Chile campeón”).

Cynide ya cumplió su labor hoy, llevando a la Roja al amistoso con Nueva Zelanda. Tras ello, retomó su incansable rutina de matar el tiempo con un pañito en la mano limpiando las latas del pullman.

Con mucha amabilidad y una sonrisa amplia -como la mayoría de los sudafricanos-, asegura que ya conoce a los jugadores, aunque sólo identifica a Sánchez o Suazo por el número. Maneja bien la diplomacia, en realidad, porque en su rutina de preparación los jugadores han tenido escaso contacto con la gente.

Con cierta actitud parecida la templanza que mostraba Morgan Freeman en ‘Conduciendo a Miss Daisy’, Cynide mueve cada día algunos metros el bus, sólo hacia atrás o adelante, apenas para calentar el motor del Hyundai Universe. “Hay que tenerlo a punto”, asegura este hombre proveniente de Johannesburgo y que muestra con orgullo las fotos de sus hijos Leonard, Originald y Sizakelele.

También confiesa que Sudáfrica y Chile son sus equipos favoritos y, en su intrincado inglés sudafricano, el nombre de Bielsa no significa nada.

De traje oficial y corbata, Cynide tuvo su primera misión como conductor de Chile y, de seguro, quedó contento, mientras su rostro negro dibujaba una sonrisa más blanca y sus hijos sentían el mismo orgullo de millones de compatriotas que ponen su trabajo al servicio del primer Mundial africano.

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